martes, 9 de septiembre de 2008

De luto por crímenes pasionales

Consternados y desconcertados por los trágicos hechos que envolvieron el deceso de sus allegados, las familias Tello, Medina y Segura, despiden hoy a quienes perecieron en lo que ha sido catalogado por las autoridades, como un domingo negro para la parejas.Mientras en el corregimiento de San Francisco, en área rural de Neiva, serán sepultados en un mismo sitio, Rocío Tello Aroca, muerta al recibir un disparo de su esposo Aldemar Medina Charry y éste, que se suicidó al no poder soportar el peso de su culpa; en otro lugar de la ciudad, en el barrio Luis Carlos Galán, se llevarán a cabo las honras fúnebres de Enrique Segura, que también se quitó la vida después de discutir con su pareja.alarmadas por la concreción de dos hechos similares, casi simultáneos, las autoridades han hecho un llamado a la tolerancia en el seno familiar. “Sí no se comprenden es mejor que se separen, pero no se hagan daño, ni afecten el diario vivir de sus hijos”, puntualizó el coronel Frank Reinaldo Cháustre, comandante Operativo de la Policía Huila.

El duelo de San Francisco
Los habitantes del centro poblado de San Francisco aún no se reponen del impacto que les causó el saber que Aldemar Medina, luego de sostener una acalorada discusión con su esposa Rocío Tello Aroca posiblemente, porque presentía que ella tenía intención de abandonarlo, procedió a asesinar y posteriormente, se quitó la vida.
Ni siquiera la familia de los fallecidos, se explica qué pasó, los hermanos de Rocío dicen que ellos no tenían problemas, que estaban viviendo en la finca La Milagrosa, a pocos pasos de la casa materna de ella, porque trabajaban allá, en oficios varios y la cocina. Los allegados de Aldemar, que residen en Neiva, aseguran que en los cinco años que alcanzó a vivir la pareja, no protagonizaron actos violentos, que pronosticaran el trágico fin que tuvieron. “Nos preocupa la estabilidad de su hija de cuatro años, que vio y escuchó todo, ella relata con pelos y señales lo que pasó, hasta dice que cuando Aldemar vio caer a Rocío, no hacía más que sacudirla y ella le decía, papá mi mamá está muerta”, dijo Tatiana Tello. Para recobrar en la menor el sentimiento que mantuvo unidos a sus padres, por más de cinco años, los Tello y los Medina optaron por velar y enterrar juntos a quienes murieron por no separarse.

La agonía de quien sobrevive
Gina Paola Caballero Pérez, quien se disparó así misma, al no poder convencer a su compañero sentimental Enrique Segura, de que su posible infidelidad no era más que un rumor, al cierre de esta de edición se encontraba en estable, internada en el Hospital Universitario Hernando Moncaleano, sobrellevando el dolor de la muerte de su pareja, que también se propinó un disparo al verla herida.Gina y Enrique, llegaron gravemente heridos al principal centro asistencial de Neiva; los galenos lograron estabilizar a la mujer de 28 años, pero no lo consiguieron lo mismo con él, que presentaba una profunda herida en la cabeza.

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